1 Igualmente, vosotras, mujeres, sed sumisas a vuestros maridos para
que, si incluso algunos no creen en la Palabra, sean ganados no por
las
palabras sino por la conducta de sus mujeres,
2 al considerar vuestra conducta casta y respetuosa.
3 Que vuestro adorno no esté en el exterior, en peinados, joyas y
modas,
4 sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un alma
dulce y serena: esto es precioso ante Dios.
5 Así se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en
Dios, siendo sumisas a sus maridos;
6 así obedeció Sara a Abraham, llamándole = Señor. = De ella os
hacéis hijas cuando obráis bien, sin tener ningún temor.